martes, 8 de abril de 2014

La Piedra Negra - Cuento Onírico Simbólico Espiritual

La Piedra Negra
       


          Desconcertado y desorientado es que, me vi a mí mismo, recostado sobre un suelo rocoso en una extraña región del mundo, rodeada de una geografía solitaria, donde todo era piedra, aire, nubes, y yo, quien además, me encontraba completamente desnudo en aquella inmensidad arquitectónica natural, donde desconocía en lo absoluto cualquier punto de referencia, punto de partida, o algún destino objetivo, simplemente estaba allí, como un elemento inherente de semejante panorama alejado de cualquier cognición o recuerdo que mi mente pudiera evocar.

Con cierta inhóspita iniciativa, me puse de pié tras percatarme que, a la distancia se dejaba entrever una confusa y estimulante figura, de lo que se podía deducir como una torre, sí, lo que vi allí fue una torre. Entonces, con un paso apresurado, impulsado por una agresiva fuerza inquietante proveniente de mis profundidades psíquicas, me aproximé a aquella tosca y al parecer olvidada construcción. A base de un único elemento natural, ésta estaba edificada en piedra rústica, nativa, con una forma ascendentemente gloriosa, llena de imperfecciones perfectamente naturales, lo que parecía ser una creación propia del divino y exacto diseño de la naturaleza.

La torre tenía una altura considerablemente alta, sin exagerar, ésta daba la impresión de conectar con la falda del cielo, sobrepasando las soberbias nubes grisáceas de aquel día.

Sin dudarlo, mejor dicho, sin siquiera pensarlo o tomar consciencia de mis compulsiones motrices, comencé a escalar, ascendiendo piedra a piedra, inconscientemente fascinado por lo que sería llegar a su altura máxima, la fatiga o cansancio nunca llegaron a lograr la manifestación, empero, no existieron en aquellos momentos.

Estar encarnando tal exquisita sensación y percepción de estar allí, en la cúspide sacramental de aquella torre, fue inexplicablemente maravilloso, contemplación hermosa que se hizo de mis ojos, cediéndome a ver el semejante horizonte lleno de piedras y de piedras, donde las nubes se entremezclaban con mis poros faciales, y dónde un nuevo invitado se hacia presente en mi panorama…el mar, así es, un mar manifestándose infinito, soberbio y absoluto, lleno de misterios y secretos, no podría llegar a una comprensión mayor de lo que allí ocurría en mi presencia, fue impactante.

Ahora nuevamente otro imparable movimiento, un impulsivo aparentemente suicida, pero que en mi generaba felicidad, saciedad, y un extraño sentimiento de plenitud…es que me arrojé al vació, sin miedo, en una caída religiosamente sagrada, maximizada en tranquilidad. Pero de repente algo inesperado ocurrió, mi cuerpo fue detenido en el alma del descenso, una indescriptible corpórea materia me agarró en el aire, y con absoluta confianza me dejé tomar por ésta, de hecho luego me volteé para observar qué semejante fuerza me estaba sosteniendo, entonces, lo vi, me encontraba entre las patas de un águila gigantesca, además hermosa y majestuosa, que me sostenía y más aún, me elevaba aún más, llegado un punto que superamos por demasía el manto de nubes que se posaban en el cielo de aquella particular región. En estos momentos, vi cosas que jamás había visto en toda mi existencia, y es que, como iba lograr ver en el mundo del que vengo semejantes imágenes, donde en el cielo se hallaban flotando bloques gigantescos de tierra, del tamaño de ciudades enteras, y fue allí donde se dió el último momento de mi onírico viaje, la majestuosa ave me dejó caer, libremente, y descendí a una velocidad cuantitativamente inconcebible, aún así, experimentaba un sentimiento de bienestar absoluto.

Finalmente, en los últimos segundos, vi como casi voluntaria e intencionalmente me iba a estrellar contra el centro de uno de éstos gigantescos bloques, donde se hallaba una insólita y fascinante piedra negra…y como un  espíritu que alcanza la plenitud cósmica… impacté con ella, alcanzando la totalidad. 

-Cuento inspirado en un sueño tenido por el autor.
-Sacado del libro "Un Espíritu Desesperado y otros poemas" (2014) del escritor Gabriel Bañados Balmaceda.