Agujeros negros
Agujeros negros, muchas personas llegan a estremecerse con el solo hecho de imaginar o escuchar alguna información sobre estos, como también quizás existen otros tantos, que hablen del tema sin estar bien informados. De todos modos, la temática es fascinante, y digna de prestarle atención en todos sus niveles. En la entrada de esta semana tengo el objetivo de compartir los conocimientos que he adquirido en cuanto a estos fenómenos y misterios del universo, tratando el tema de los “agujeros negros “desde la teoría científica, y las leyes de la mecánica cuántica.
Comenzaré desde el principio de todo ¿Cómo se origina un agujero negro? Vamos a ello entonces. Cuando una estrella muere, puede desencadenar diversos destinos, entre uno de ellos esta el hecho de que pudiera llegar a convertirse en un “agujero negro”. Cuando la estrella esta muerta y moribunda, sufre una gran enervación, un colapso, se comienza a colapsar sobre sí misma, y se hace cada vez más y más pequeña, y a la vez más densa. Es tan intenso este proceso de colapso y densidad, que llega a reducirse tanto, que su punto de “radio” llega a “cero”, y en lo que respecta a su densidad, esta se vuelve “infinita”. El punto en el que la estrella muerta llega a tener un radio igual a “cero” se le conoce en la comunidad científica como “singularidad”. La “singularidad” es tan densa que ni siquiera la luz cercana puede escapar de su fuerza gravitatoria, por lo que, todo aquello que se encuentre próximo a la estrella es absorbido de modo “absoluto”. Cabe señalar que, la fuerza de dicha densidad es tan grande, que puede llegar a modificar la “trayectoria de la luz”, así es, es difícil de imaginar, pero cuando lo haces, llegas a discernir a través de un tu rostro que mescla todas las emociones existentes, y luego dices “que bien, pero no tengo ningún interés de conocer un agujero negro en persona, mejor aún, iré por un sándwich”.
Ahora bien, cuando hablo de fuerza gravitatoria, o la fuerza de esta densidad llamada “singularidad” me refiero a lo siguiente: imagina que en nuestro planeta, cuando la NASA envía cohetes hacia el espacio, estos deben ser lanzados con tanta velocidad, la cual les permita vencer la fuerza gravitatoria que la tierra ejerce sobre ellos, ósea, la fuerza que tiene la tierra para atraer a los cuerpos hacia su centro. Si la velocidad del cohete no logra sobrepasar la fuerza gravitatoria que ejerce la tierra sobre éste, no lo dudes, en unos pocos minutos lo veras estrellándose sobre la superficie de la tierra. Ahora imagina que la fuerza gravitatoria que tiene un “agujero negro” es tan grande, que llega a superar a la velocidad de la luz, y tu sabrás que según lo consensuado por los científicos; “nada sobrepasa a la velocidad de la luz”, ahí lo tienes, ósea, la fuerza gravitatoria de un agujero negro es absoluta. En suma, la velocidad de escape del agujero negro es superior a la de la luz, por lo que nada, pero nada, se le escapa, ya que nada es más rápido que la velocidad de la luz.
Ya lo sabes, el agujero negro tiene una densidad conocida como “singularidad”, pero esta densidad tiene unos límites, como una especie de “aura o atmosfera”, esta es llamada “horizonte de eventos”, y este último cumple la función de “marcar el lugar de la velocidad de escape; cualquiera cosa que caiga dentro de éste límite será absorbido por la singularidad”. Con respecto a la constitución del agujero negro, cabe destacar lo siguiente: “el agujero negro NO emite luz alguna”. Bien, algunos dirán “si obvio, ya lo sabia”, y es así, en hora buena, pero entonces ¿Cómo sabemos hoy en día que existen los agujeros negros, si no emiten luz, ósea, sino los podemos ver? Aquí voy de nuevo. Los científicos expertos en la materia, los llamados “astrofísicos”, han logrado ver a través de las grandes tecnologías telescópicas, que en el espacio existen movimientos de masa de objetos que interactúan entre si, en forma de orbita, como si estrellas se movieran en torno a un centro, el cual es oscuro, ausente de luz. En base a estos descubrimientos, ha nacido todo el marco teórico sobre los agujeros negros.
Los agujeros negros parecen desafiar la “la ley de la mecánica cuántica” que establece que “la energía no se crea ni se destruye”. La luz que absorbe la “singularidad” parecería ser destruida. Es sumamente complejo entenderlo. Los científicos han tratado de graficar el proceso de absorción que tiene la “singularidad”, y ellos dicen lo siguiente: imagina que desde cierta distancia ves a una persona que esta entrando en el “horizonte de eventos” por lo tanto será absorbida por la “singularidad”, en suma, por el “agujero negro”, por lo que tu verías que la persona prácticamente no se mueve, o lo hace muy lentamente, como una ilusión óptica, así es, esto se explica en base a que, es tanta la fuerza de absorción, es tanta la densidad, que impide que la luz que emite la persona viaje hasta ti, y hace que te quedes con la última perspectiva que tuviste de ella, cuando realmente la persona en cuestión esta siendo aplastada hasta la muerte por la “singularidad”.
Para finalizar el artículo de la semana, quisiera dejar unos cuestionamientos que han hecho reflexionar a los astrofísicos de nuestros tiempos, y que eventualmente no tienen respuesta hoy en día.
¿Podría algún día escapar la luz allí absorbida?
¿Podría un agujero negro revertirse a sí mismo?
“Dios no juega a los dados con el universo”
-Albert Einstein. Repudiando los principios de la mecánica cuántica.
“Dios no sólo juega a los dados, sino que además a veces los tira donde nadie pueda verlos”
-Stephen Hawking. Afirmando.
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Atte.
Gabriel Bañados Balmaceda
entrete muy interesante, saludos gabo
ResponderEliminarLA RAJA
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